En los últimos tres años han cambiado muchas cosas: además del teletrabajo y el proceso de digitalización del comercio minorista, también ha crecido el amor por los animales. Al tener más tiempo para estar en casa, los españoles han acogido mascotas: perros, gatos, peces, tortugas, pájaros, hámsteres, conejos, reptiles o caballos. Se estima que el 40 % de los italianos tiene al menos una mascota. Con los nuevos miembros de las familias, también el comercio minorista dedicado a ellos ha crecido considerablemente y ya se encuentra ante la revolución digital.
El comercio minorista relacionado con las mascotas estaba creciendo incluso antes del Covid y, con el aumento de la compra o la adopción de animales por parte de las familias, está experimentando un mayor desarrollo. En todas las ciudades están abriendo nuevos mercados de mascotas, tiendas o cadenas que ofrecen una amplia variedad de marcas y precios en productos para animales, satisfaciendo también las necesidades de animales que siguen dietas especiales, funcionales o que requieren productos de higiene específicos por necesidades de salud o estética.
Los nuevos minoristas tienen delante un usuario completamente nuevo y deben responder al mismo tiempo a una demanda tanto física como digital. En los dos últimos años, la necesidad de comprar online también ha cambiado la disposición de las estanterías ante la necesidad de atender los numerosos pedidos online en las categorías de consumo frecuente.
Las tiendas han tenido que reservar personal para gestionar los pedidos online y se ha vuelto más difícil intervenir en la gestión de los precios en la tienda, con el riesgo de desajustes con las ofertas lanzadas a través de los canales digitales.
La necesidad de reorganizar el trabajo del personal y atender de manera eficiente al cliente final, que a menudo pide a los dependientes orientación sobre los productos, sobre todo si se trata de un cachorro, ha creado un terreno fértil para la digitalización de los precios.
Las tiendas de mascotas son puntos de venta con miles de artículos y nos encontramos ante la expansión de importantes cadenas a escala nacional: una GDO en toda regla dedicada a los amantes de los animales.
La gestión de los precios se convierte en la mayor necesidad en un sector competitivo en el que es necesario optimizar los gastos para mejorar los márgenes y gestionar de forma inteligente la carga de trabajo del personal. Como en las tiendas de la GDO tradicional, estas tiendas dedicadas a productos para mascotas requieren mucho tiempo y mucho personal para actualizar precios y organizar las ofertas promocionales de la manera tradicional.
Las etiquetas electrónicas eliminan por completo el tiempo y el esfuerzo, quitando al personal la carga de gestionar los precios, que puede organizarse en cada punto de venta o de forma centralizada. Por ejemplo, la empresa puede decidir si aplicar al instante los mismos ajustes de precios en todas las tiendas o aplicar selectivamente las promociones según cada zona.
La cadena Giulius Petshop, perteneciente al grupo Demas, es una de las tiendas más innovadoras del sector.
En colaboración con Nicolis Project, ha instalado para la comunicación digital etiquetas electrónicas que «ayudan al cliente en la elección de los productos, ofreciendo su descripción, comunicando novedades, ofertas y promociones a tiempo gracias a la actualización automática. La mayor ventaja en cuanto al servicio al cliente es la actualización automática, que permite al personal dedicar más tiempo al cliente y a mantener en orden las estanterías». Una elección que abre nuevas posibilidades integradas con la tienda online y que, desde el punto de vista de la sostenibilidad, permite reducir el consumo de papel. (Se puede leer el artículo completo en Distribuzione Moderna y en LinkedIn).
¿Quieres saber más sobre cómo funciona la digitalización del comercio minorista en el sector de las tiendas de mascotas? Cada minorista tiene sus necesidades: hablemos de ellas juntos.