24 marzo, 2022

Cómo calcular el ROI de las etiquetas de precios electrónicas

La transformación digital del comercio minorista es una inversión que, como en cualquier otro negocio, tiene un coste inicial que se debe asumir. Entonces, la pregunta es: ¿cuánto cuesta llevar el comercio minorista al siglo XXI? ¿Y cuál es el ROI? Es decir, ¿cuánto tiempo se tarda en amortizar la inversión?

La digitalización del comercio minorista pasa por la introducción de las etiquetas electrónicas.

Diferentes estudios y estadísticas indican que la tendencia también va en aumento en el mercado italiano. De hecho, muchas marcas de la gran distribución, pero también de otros sectores como ferreterías y tiendas de bricolaje, de animales y farmacias, están decantándose por las etiquetas de precios electrónicas, adquiriendo etiquetas digitales para sustituir los tradicionales precios en papel.

 

Etiquetas de precios electrónicas: el ahorro empieza con las ventajas

Ser conscientes del alcance del cambio es muy importante, porque la digitalización permite básicamente una gestión avanzada del punto de venta.

Por esta razón es fundamental saber que el valor añadido de las etiquetas de precios electrónicas y el beneficio económico que conllevan viene dictado por una combinación de ventajas que aporta la etiqueta electrónica:

  • Coincidencia de los precios de las estanterías con los de las cajas en los diferentes puntos de venta, entre las tiendas online y las tiendas físicas;
  • Ahorro neto de tiempo en la gestión de los cambios de precios que ya no se realiza de forma manual;
  • Oportunidades económicas generadas por la posibilidad de aplicar precios dinámicos.

¿Por qué hablar de las ventajas de las etiquetas electrónicas precisamente en este artículo?

Porque cualquier mejora en la organización del punto de venta permite un ahorro de tiempo y, como consecuencia obvia, también de dinero.

De hecho, al hablar del retorno de la inversión de las etiquetas electrónicas, se debe tener en cuenta la reducción de los costes operativos de la tienda derivados justamente de la funcionalidad que permite la digitalización. Los precios electrónicos eliminan toda la preparación tradicional en papel:

  • Preparación e impresión de las nuevas etiquetas
  • Sustitución manual, una a una, de las etiquetas por parte del personal de ventas
  • Control manual/visual de los precios de las estanterías por parte de los operadores
  • Gestión de las quejas debido a las inevitables discrepancias entre estanterías-caja por errores humanos que cuando se manejan grandes volúmenes son inevitables

Todo este esfuerzo debe cuantificarse en el balance horario y económico, así como en la gestión, de cada punto de venta y debe multiplicarse por todas las veces en las que hay un cambio de precio, se lanza un folleto promocional o es necesario hacer un ajuste.

Especialmente durante el último año, con las fuertes fluctuaciones de los costes de las materias primas debidas a la fase post-COVID y la conflictiva situación internacional, los cambios de precios de los productos son frecuentes y continuos en el punto de venta.

Otros ahorros que generan las etiquetas electrónicas

Además, en el valor «menos costes» conviene añadir los costes reducidos de impresión de las etiquetas, con beneficios también en cuanto a sostenibilidad ambiental, ya que no se tendrá que utilizar papel ni tóner.

 

Etiquetas de precios electrónicas: bonificaciones e incentivos

El Estado ayuda a las empresas que desean digitalizarse y esto también se aplica al sector minorista, para el que existen distintas formas de incentivos fiscales para el desarrollo tecnológico, que también se pueden acumular entre ellos.
Los minoristas que implementan soluciones tecnológicas pueden acceder a los incentivos que ofrece el Kit Digital.

 

Costes de las etiquetas electrónicas: ¿cómo se calcula el ROI?

Como ya hemos explicado con detalle, hacer una predicción numérica sin conocer el punto de partida es imposible. Sin embargo, al menos podemos empezar a calcular las variables.

En términos de coste por hora, puedes empezar a hacer una autoevaluación respondiendo a estas preguntas:

  • ¿Cuánto tiempo tardan tus empleados en cambiar las etiquetas de un punto de venta?
  • ¿Qué porcentaje del tiempo que tardan los empleados se dedica a cambiar los precios?
  • ¿Cuál es el coste por hora de un empleado?
  • ¿Cuántos metros cuadrados tiene el punto de venta, cuántos empleados trabajan en él y cuántas referencias hay en las estanterías?
  • ¿Cuántos puntos de venta tienes?

También se añadirán al cálculo las ventajas fiscales en función de la zona geográfica en la que se encuentran los puntos de venta.

Ya podemos adelantar que en muchos casos la inversión se amortiza en solo un año.

¿Quieres saber si este también es tu caso?

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Valentina Malignaggi
Marketing & Sales Operation Manager - Nicolis Project

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