El interés del comercio minorista en relación con los supuestos futuros es especialmente elevado, sobre todo después del hecho de que en los últimos años se hayan verificado cambios que han provocado un impacto global que ha cambiado incluso las costumbres de los clientes.
El problema, para la mayor parte del sector, es entender a dónde nos lleva efectivamente este cambio, para seguirlo y transformar nuestra tienda de modo que mantenga o mejore su atractivo y competitividad.
Obviamente, la digitalización es la esencia de la transformación y, para cuantificar la magnitud del fenómeno, basta con pensar que, según los datos del Observatorio eCommerce B2c del Politécnico de Milán, en el año 2021 las compras en línea generaron un volumen de negocios de 39,7 billones de euros (+21 % respecto al 2020 con 30,5 billones de euros en productos y 8,9 billones en servicios, entre otros). El crecimiento del 2021 en comparación con el año anterior fue del 18 %, con una recuperación del volumen de negocios de los servicios (8,9 billones de euros) del 36 % tras la ralentización forzada del 2020 debido a las restricciones sociales.
La lectura de estos datos nos permite deducir dos cosas: en primer lugar, los clientes se encuentran cada vez más familiarizados con cualquier tipo de aplicación digital; en segundo lugar, la competición se desplaza hacia un ecosistema extremadamente más variado respecto a hace unos pocos años, formado por puntos de ventas físicos y tiendas en línea.
Ya carece de sentido hablar de tienda física tradicional, mientras que, en su lugar, adquiere más valor la tienda física de nueva generación, en la que los clientes son libres de interactuar en diferentes canales.
¿Cuáles son los instrumentos para construir una tienda de nueva generación capaz de lograr esta visión?
Estrategia y tecnología, de la mano, permiten implementar nuevos automatismos y optimizar los procesos de la tienda tradicional, obligándola a adquirir flexibilidad respecto a las necesidades de sus clientes y mejorando su experiencia.
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Entre las tendencias de la TI aplicada al comercio minorista se habla de:
La evolución corre tan rápido que puede desorientar a la mayor parte de los minoristas que no saben cómo adoptar sus propias decisiones tecnológicas. Este tema se debatió recientemente incluso en el evento especial dedicado al Grocery Forum Europe publicado en Largo Consumo. En él, se habla de comercio minorista físico como espacio de relación y experiencia, pero lo que impacta son las palabras de Alberto Miraglia, director general del Retail Institute Italy. A continuación, mostramos un fragmento: “Se afirma una relevancia renovada del comercio minorista local, ético y responsable, y de la tienda física que se transforma de lugar de compras a un espacio privilegiado de relación y servicio incluso antes de la venta, punto de contacto estratégico para la experiencia del consumidor”.
Este es un concepto que expresa la necesidad de introducir la digitalización como clave de evolución del comercio minorista.
Para concretar este paso, la transición del etiquetado tradicional analógico y en papel para llegar hasta el etiquetado electrónico es el camino más smart, ya que:
Invertir en tecnología significa poder contar con un elemento característico respecto a la competencia y, sobre todo, un sistema estratégico para gestionar los equilibrios entre aumento de los precios y lógicas de conveniencia.
Aquí detallamos el problema del aumento de los precios.
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