Según el Informe Anual de Anitec-Assinform (asociación de Confindustria que agrupa a las principales empresas TIC), la tendencia del mercado digital y los productos TIC en Italia en 2021 alcanzó un valor de 75,3 millones de euros, registrando un aumento del 5,3 % con respecto al año anterior. Se prevé que la tendencia de crecimiento sea constante, tanto como para suponer que en 2025 se superarán los 91.000 millones de euros. Estos datos confirman la importancia de la digitalización como herramienta clave para las empresas que desean aumentar su competitividad y desempeñar un papel muy respetable en el mercado.
En particular, para el comercio minorista, cuando se habla de digitalización es necesario ir mucho más allá del uso de un programa de gestión: digitalizar una tienda significa introducir nuevas tecnologías para aumentar la competitividad y mejorar la experiencia de compra del cliente como, por ejemplo, las etiquetas electrónicas.
¿Cuál es el coste de la inversión para este proceso de digitalización?
La digitalización, imprescindible para mantenerse activos en el mercado y responder a las necesidades de los clientes de forma atenta e inmediata, supone un cambio que afecta a la tecnología y la cultura, ya que para lograrlo es necesario desarrollar el «digital mindset», una nueva mentalidad que pueda aprovechar todas las ventajas de la transformación digital para mejorar nuestro negocio.
Las etiquetas electrónicas de última generación son mucho más que un dispositivo que muestra el precio del producto, están diseñadas para interactuar con el dependiente y de esta forma optimizar y agilizar el trabajo.
De hecho, en la pantalla se puede ver, además del precio correcto, información administrativa y de gestión como cambios de precio, existencias en el almacén, reposiciones en curso, etc.
La instalación de un sistema digital de etiquetas implica la compra de etiquetas y de la plataforma compatible con la gestión y distribución de datos a los dispositivos de la tienda, por lo que la inversión total debe considerarse como la suma de los precios de cada etiqueta y de la plataforma.
Cuando hablamos de los costes que supone la digitalización, no es del todo exacto, ya que más que de costes se debería hablar de una verdadera inversión.
Esto se debe a que el gasto que hay que afrontar para la transformación digital se ve ampliamente recompensado por los resultados conseguidos, ya que se pueden satisfacer las necesidades del mercado y a la vez ser competitivos gracias a la optimización de los costes y todos los beneficios que hemos explicado. Se trata de resultados concretos, cuantificables, que se pueden comprobar de manera precisa y puntual a través de la medición del ROI (Return On Investment).
Las etiquetas electrónicas, entre otras cosas, eliminan todos los procesos tradicionales de actualización de precios en papel:
Eliminar todos estos pasos significa mejorar los costes y la organización y eliminar el riesgo de error humano y, por lo tanto, de posibles reclamaciones. También se debe destacar que la reducción de la impresión de etiquetas se traduce en un beneficio también en términos económicos y de sostenibilidad, un aspecto que no debe subestimarse especialmente en este momento histórico.
La digitalización es un proceso fundamental para que tu empresa crezca y para responder a las necesidades del mercado. Digitalizar significa asegurarnos de ser siempre competitivos y poder responder a las necesidades de los clientes en tiempo real.