En agosto de 2022, la inflación italiana pasó del 7,9 % del mes anterior al 8,4 %, un nivel que no se registraba desde 1985 (fuente: Istat). Varios factores fueron responsables de la subida de precios: el aumento de los costes de las materias primas, de los costes de la energía eléctrica y del gas, la pandemia, la crisis internacional y la guerra de Ucrania. Todo ello llevó a un crecimiento medio del subíndice de la «cesta de la compra» del 9,7 % en agosto, en comparación con diciembre de 2021. En la cesta de la compra se incluyen todos los alimentos, artículos de cuidado personal y del hogar.
La consecuencia directa de todo esto es un cambio drástico en los hábitos de compra de los clientes, que se ven obligados a adoptar una actitud más cautelosa respecto a su gasto, buscando los productos más baratos e incluso abandonando su punto de venta habitual si es necesario.
En este contexto, la GDO se ve obligada a hacer frente a todas las exigencias resultantes: el aumento inmediato de los precios por parte de los proveedores, los costes fijos que hay que soportar, pero al mismo tiempo la necesidad de encontrar un equilibrio entre el aumento de los precios y la necesidad de seguir siendo competitivos. Un desafío que es posible gracias a las herramientas y tecnologías.
La herramienta más eficaz que la GDO puede utilizar para superar las dificultades causadas por la inflación es, sin duda, la digitalización, y una de las estrategias más eficaces que el sistema digital ha puesto a disposición de los operadores de la gran distribución organizada son los precios dinámicos.
Los precios dinámicos pueden definirse como una herramienta mediante la cual se pueden variar los precios en función de la oferta y la demanda. Este mecanismo permite maximizar los beneficios, crear infinitos planes de distribución y aumentar la competitividad.
Las ventajas de esta estrategia pueden resumirse en tres puntos:
Para optimizar las estrategias de precios dinámicos y gestionarlas eficazmente, la mejor herramienta es la etiqueta electrónica. Con las etiquetas de papel, cambiar los precios a lo largo del día es una operación compleja y requiere mucho personal para llevarla a cabo. Con los precios dinámicos, los precios de las estanterías de toda una tienda o incluso de varios puntos de venta pueden cambiarse de forma coordinada en un momento.
Los precios pueden modificarse en función de las estrategias de marketing; por ejemplo, en función de las tendencias del mercado, de la proximidad de las fechas de caducidad de los productos, de la disponibilidad, o incluso varias veces al día en función del flujo de clientes y de las promociones puestas en marcha por varios competidores.
Utilizar software capaz de facilitar la gestión de los precios dinámicos en muy poco tiempo garantiza resultados medibles, no solo por la ventaja de maximizar sus márgenes y reducir los costes, sino también gracias a una mejor gestión del personal y de los productos, con menos residuos, lo que también beneficia a la cuestión ético-ambiental.
Por cierto, aquí una mirada en profundidad a la sostenibilidad como motor de crecimiento.
El precio de un producto es importante, tanto para los que lo compran como para los que lo venden, poder definirlo de forma precisa y óptima significa potenciar su eficacia y rendimiento final.