La moda no es algo que solo exista en los vestidos. La moda está en el cielo, en las calles. La moda tiene que ver con las ideas, con la forma en que vivimos, con lo que está sucediendo.
Coco Chanel
La moda ha sido siempre una herramienta de expresión y representación de la sociedad. A través de sus tendencias, refleja los valores y transformaciones de las diferentes épocas, con el gran mérito de mantenerse siempre al día, adaptarse a los cambios y seguir evolucionando. Por ejemplo, en la actualidad el sector de la moda también está enormemente influenciado por el uso de tecnologías innovadoras que, además de muchas otras ventajas, permiten a los que las adoptan diferenciarse de la competencia.
La moda es una industria muy competitiva que se está adaptando a la tecnología para aprovechar las oportunidades que ofrece la transformación digital, con el fin de aumentar su competitividad. El objetivo es mirar hacia adelante proyectándose hacia el futuro y anticipando las necesidades de los clientes o incluso creando otras nuevas.
En el sector de las cadenas de moda, la diferenciación juega un papel crucial para destacar y atraer clientes. Para una marca, destacar positivamente significa crear una identidad única y reconocible que inevitablemente se traduce en una ventaja competitiva. Las formas de conseguirlo pasan, entre otras cosas, por la elección de una comunicación clara, coherente y eficaz, que pueda transmitir nuestros valores y crear un vínculo emocional con los compradores. También juega un papel fundamental la experiencia que seamos capaces de ofrecer al cliente. Esta debe ser apasionante, personalizada y atractiva, hasta el punto de adquirir la misma importancia que el producto. Se trata de objetivos que se pueden lograr a través de la innovación y las tecnologías que esta pone a disposición. Estar a la vanguardia para ofrecer experiencias únicas, dar a conocer y presentar los artículos a la venta permite construir una valiosa reputación.
La transformación digital que estamos viviendo también ha penetrado en el sector de la moda, que siempre ha sido la máxima expresión de las tendencias actuales. Sin embargo, la digitalización no es sólo una expresión de tecnologías innovadoras, sino que describe una nueva forma de pensar y ver las cosas, en cuyo centro se encuentra la persona y ya no solamente un producto. El cliente, ahora protagonista de todo el proceso, está cada vez más interconectado y quiere vivir una experiencia de compra agradable e híbrida, a través de canales online y offline. La tecnología es una herramienta extremadamente potente para garantizar experiencias que puedan satisfacer mejor las necesidades de los compradores. Las múltiples posibilidades que ofrecen todas estas tecnologías innovadoras disponibles para los minoristas potencian y mejoran la competitividad. Gracias a ellas, la tienda física se convierte en un lugar donde disfrutar de experiencias a la altura de nuestras necesidades y donde interactuar con los productos en un escenario omnicanal, pudiendo aprovechar diferentes formas de compra como, por ejemplo, el click & collect . . Un lugar que entretiene, emociona, nos habla de cosas y con una oferta muy personalizada. Pensemos en la implementación de herramientas de señalización digital, como tótems multimedia o pantallas interactivas, que pueden ofrecer al cliente un servicio a medida basado en sus necesidades reales, pasando del enfoque de múltiples receptores (one-to many) a un enfoque personalizado (one-to one). Además, gracias a las nuevas tecnologías, los clientes pueden probarse virtualmente las prendas, para ver cómo quedarían puestas, y personalizar la experiencia de compra según sus preferencias individuales.
El punto de venta se desvincula así de su concepto tradicional para convertirse en una nueva interpretación de sí mismo, adaptada a la figura del cliente moderno que encuentra aquí la máxima expresión de un espacio en el que emocionarse y vivir experiencias de gran valor que puedan aumentar su vínculo con la marca.
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En particular, en lo que respecta al sector de la moda:
De esta forma, las cadenas de moda adoptan la transformación digital y la convierten en una palanca fundamental para su crecimiento. Al fin y al cabo, la innovación y la moda siempre han estado estrechamente relacionadas. La digitalización ha abierto nuevas puertas para el sector, que evoluciona y se adapta a las necesidades de los clientes modernos, para ser cada vez más competitivo y atractivo.